Rosa Jiménez Cano

Corresponsal en Silicon Valley

‘Startups’, el acierto de los pequeños

startupsEspañaEn España la imagen no es la de un garaje, sino la de unos estudiantes reunidos en un VIPS con el asesoramiento de un profesor que creyó en ellos, incluso puso capital semilla. En nuestro país, donde a los business angels se les considera mirlos blancos, un grupo de cuatro chavales demostró que se podía competir con Facebook cara a cara. La gestación, crecimiento y posterior éxito de Tuenti, vendida a Telefónica por 100 millones de euros, sirvió como incentivo para que el fenómeno startup saltase a la primera línea de interés. No solo en medios, sino sobre todo en jóvenes con inquietudes dispuestos a probar suerte.

Lo de la suerte tiene un sentido literal. El profesor de la Universidad de Valencia Isidre March es quien, en sucesivas estancias en Berkeley, más y mejor ha estudiado el fenómeno de estas microempresas de grandes ambiciones y las diferentes aventuras de españoles en este nuevo oeste dorado. Tan solo una de cada diez empresas consigue el éxito. Otras se quedan en el camino, fichan por otras startups locales o toman el camino de vuelta. Antes de venir a centrarse aquí, advierte del burn-rate, el costo de estar en una cena en la que los costes son muy elevados. Lo que en España serían 18.000 euros de gastos diversos, en Estados Unidos se traduce en 60.000 dólares.

Otra diferencia notable: mientras en EE UU el fracaso se toma como una experiencia positiva, una gran lección, en España todavía se afea como signo de debilidad o falta de planificación. Una actitud que, gracias a los puentes tendidos entre la cuna de la tecnología y una apertura en métodos, está cambiando.

El ICEX, en su Spain Tech Center, y Step One, una firma dedicada a ayudar a otros españoles a establecerse aquí, están atenuando este efecto de derrota cuando llega la adversidad. Ya no se trata tanto de triunfar en Silicon Valley, sino de venir, aprender, impregnarse y llevar consigo una mochila de enseñanzas y casos de éxito para aplicar en la aventura de cada cual.

Otro factor importante es que los pioneros en establecerse, de manera natural, han tejido redes de soporte para los que vinieron detrás. Panoramio, comprada por Google cuando su servicio de mapas no era más que un embrión, fue de las primeras. Sus padres han seguido impulsando con inversión, asesoramiento y contactos, tanto en la bahía de San Francisco como en España. Bernardo Hernández, desde Nueva York, primer inversor ángel de Tuenti y exdirectivo de Google y Yahoo, mantiene un compromiso con innovadores. Fever, Verse y pronto Ermes son tres casos de startups creadas por veinteañeros que piensan desde su nacimiento en un mercado global. En Nueva York, Iñaki Berenguer se ha convertido en la referencia de emprendedor en serie tras la venta de Pixable y Contactive.

Los campos en los que avanzan son de lo más variopinto, desde los pagos online o el móvil, como el caso de Raúl Nogales con Pademobile, o la lingüística e inteligencia artificial, la especialidad de Pilar Manchón: su empresa compró Intel y ahora ostenta un cargo directivo. En Inteligenz han optado por una fórmula híbrida entre Madrid y Redwood City para abordar ambos mercados.

En Nueva York, Iñaki Berenguer se ha convertido
en la referencia de emprendedor en serie
tras vender Pixable y Contactive

En España el nacimiento de diversas incubadoras de apoyo y formación comienza a dar sus frutos. A Wayra, de Telefónica, y Lanzadera, de Mercadona, se ha sumado Google Campus, una firme apuesta del buscador con dos startups que brillan por su ejecución: Fluzo y Graphext.

Esta explosión ha llegado también a América Latina. Wenceslao Casares, fundador del banco online Patagon.com, ha innovado con una tarjeta de crédito en bitcoins. Platzi, que ofrece educación online, ha sido la primera en pasar por Y Combinator, la incubadora más prestigiosa de Silicon Valley. Ni las fronteras ni el idioma son ya la barrera. Tan solo falta por derribar un muro, el del acceso al capital. Llegará.