Después del estímulo del premio Ortega y Gasset por la cobertura del caso Pinochet y de una excedencia
para escribir Yo Augusto, una historia completa sobre el caso del exdictador chileno, regreso al periódico en marzo de 2002, a tiempo para abordar un tema financiero. El foco estaba en el BBVA. El copresidente, Emilio Ybarra, había dimitido el 15 de diciembre de 2001, y el 15 de marzo de 2002 el Banco de España abrió expediente al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) por ocultar durante trece años una cuenta en el paraíso fiscal de Jersey. A finales de 2000, la entidad había repatriado 225 millones de euros como resultados extraordinarios.
Todo Madrid hablaba del asunto. Pero el contenido del acta del Banco de España en el que se abría expediente sancionador era top secret. Ya habían pasado varias semanas desde la apertura, el 15 de marzo, y más de treinta personas, entre consejeros y abogados, estaban al corriente. Un repaso de todos aquellos que poseían copia del pliego de cargos del Banco de España permitió centrar las pesquisas. Hasta que a finales de abril pude estudiar el acta y tomar amplias notas manuscritas durante varios días. Al mismo tiempo, no dejaba de llamar todos los días al departamento de comunicación del BBVA para preguntar por el documento.
El asunto de las cuentas secretas era más serio de lo que se podía sospechar. Porque Ybarra decidió, a raíz de la igualación de retribuciones acordada en la fusión entre BBV y Argentaria, y por tanto de las pérdidas para los 22 consejeros procedentes del BBV, compensar a los suyos con cargo a los fondos secretos de Jersey. Para ello se firmaron 22 fondos de pensiones por valor de 19.244.187 dólares, de los cuales 2.982.558 dólares correspondían al propio Ybarra.
El periódico dio la información en portada el 5 de abril de 2002 : “El BBV gestionó sus cuentas secretas a través de una fundación en Liechtenstein”. Y reprodujo el acta del Banco de España al completo.
Cajas, falsos cursos y cacerías púnicas
Por J. M. I.
La sección de Economía puso a trabajar a sus especialistas en el fiasco de las Cajas de Ahorro y desveló, en julio de 2011, que la Generalitat valenciana a utorizó créditos al 0% al Consejo de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), intervenida y quebrada. Los malos resultados de esta entidad no impidieron a sus consejeros autoconcederse 161 millones. La estafa de los falsos cursos de formación subvencionados con dinero público fue destapada en diciembre de 2013 por la sección de Madrid, que publicó una supuesta estafa de 4,4 millones de fondos de la Comunidad de Madrid. El intermediario era José Luis Aneri, detenido meses después.
Ese mismo año, el periódico publicó que el expresidente del Gobierno José María Aznar no se limitó a enviar un email en septiembre de 2008 recomendando la compra de la colección del pintor Gerardo Rueda a su amigo Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid. También le adjuntó valoraciones de expertos que otorgaban un valor de 54 millones a la colección, en línea con lo que pedía el heredero del autor. La obra estaba sobrevalorada e informes de la Fundación de Caja Madrid señalaron que “un cálculo generoso no permitiría superar los tres millones en el mejor de los casos”. Aznar tenía un aprecio personal y artístico por el autor fallecido.
En 2014 divulgamos las fotos del negocio de las cacerías púnicas costeadas por la constructora Grupo Dico, investigada en la trama corrupta de Francisco Granados, ex número dos de Esperanza Aguirre, y David Marjaliza, ambos detenidos.