Carlos Torralba

Periodista

Dos decenios reinando en el fútbol europeo

1998 -COPA EUROPA
El equipo del Real Madrid tras ganar la Copa de Europa de 1998, en Ámsterdam, ante la Juventus. / ARCHIVO

Cuando EL PAÍS nació en 1976, el fútbol español atravesaba una situación delicada. La supremacía del Real Madrid en las primeras competiciones continentales se había desvanecido. Los clubes ingleses ganaron todas las Copas de Europa entre 1976 y 1982. Sin embargo, en 1985 fueron expulsados de las competiciones europeas hasta 1991. El vacío de poder lo aprovecharon equipos que nunca habían ganado una Copa de Europa (Steaua de Bucarest, OportoPSV EindhovenEstrella Roja de Belgrado…).

Los clubes ingleses
ganaron todas las
Copas de Europa
entre 1976 y 1982

Después de 26 años sin que un club español se hiciera con la máxima competición continental, el Barcelona de Cruyff se coronó en Wembley ante la Sampdoria (de Génova) en 1992. Tres años después, el gol de Nayim en París invitó a soñar a muchos clubes españoles que no podían aspirar a ganar una liga. La séptima y la final del Mallorca en la Recopa—desaparecida en 1999— fueron la antesala de lo que traería el cambio de milenio.

Los clubes españoles han cosechado 24 títulos europeos desde el año 2000 (sin contar las Intertoto que ganaron Valencia, Villarreal, Celta y Málaga). Todos estos trofeos—en las vitrinas de Real Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla y Atlético— fueron acompañados de auténticas gestas de otros clubes españoles que no pudieron culminar en título: los 7 goles del Celta al Benfica de Heynckes, el 5-4 del Liverpool al Alavés, la prórroga del Getafe-Bayern, el Villarreal de Riquelme que rozó la finalel cénit del Athletic de Bielsa en Old Traffordla noche más cruel de la historia del Málaga y las semifinales que alcanzaron Osasuna y Espanyol, entre otras.

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La plantilla del Sevilla celebrando el cuarto título de la Europa League, en Varsovia, en mayo de 2015. / ARCHIVO

Hubo puntos de inflexión aliñados de una pizca de suerte: la posición—eternamente dudosa — de Mijatovic en su gol a la Juventus, el gol de Palop en Donetsk, el remate de Iniesta en el momento en que el Barça de Guardiola estaba más asfixiado… Es cierto que los grandes clubes españoles también han mostrado síntomas de flaqueza durante estos dos decenios; los cinco años consecutivos en los que el Real Madrid no superó los octavos de final o la tunda del Bayern de Heynckes al Barça del Tata son ejemplo de ello. Cabe recordar que en estos 20 años también ha habido breves periodos en los que los mejores han sido de otras ligas: tres de los cuatros finalistas de 2012 y 2013 fueron alemanes y cinco de los ocho entre 2005 y 2009 eran ingleses—en la 2007-08 alcanzaron su cima al tener que eliminarse los representantes de la Premier League entre ellos mismos—.

El 9 de agosto los
clubes españoles habrán ganado
más de la mitad de los títulos
europeos desde el año 2000

Los últimos tres años han marcado una tiranía del fútbol español sin precedentes. Tres Champions League y tres Europa League consecutivas para el mismo país, algo sin parangón en el fútbol europeo. Tras la final de Milán, los clubes españoles han sumado su vigésimoquinto trofeo continental, de los 50 que se han disputado desde el año 2000. El 9 de agosto, cuando haya un nuevo supercampeón europeo en Trondheim (Noruega), el fútbol español habrá ganado más de la mitad de los títulos continentales de este siglo.


Madrid y Barça, los amos del universo

Por Manuel Jabois

“Flores, una muchedumbre y tráfico detenido en sus calles principales fueron los ingredientes con que la localidad china de Kunming agasajó a los integrantes de la plantilla del Real Madrid en el inicio de su gira asiática. Más de 1.000 personas esperaban en el aeropuerto de Kunming a la comitiva madridista, que también levantó una enorme expectación entre los medios de comunicación locales. (…) Después de 14 horas de vuelo, los componentes de la expedición blanca llegaron a la terminal aeroportuaria, donde fueron obsequiados con unos collares de flores y con unos bailes tradicionales a modo de bienvenida. La salida del autobús que trasladó al Real Madrid a su alojamiento fue aún más tumultuosa, porque los automóviles que rodaban en los alrededores detuvieron su camino mientras sus ocupantes saludaban a los jugadores (…) Goyo Benito, Paul Breitner, Sol, Uría, San José y Pirri fueron los más requeridos tanto por los aficionados como por los periodistas chinos. Después del almuerzo y el correspondiente descanso, la plantilla efectuará su primer entrenamiento a las órdenes de Miljan Miljanic”.

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El delantero del Real Madrid Ronaldo Nazario golpea el balón ante Wes Brown en el estadio de Old Trafford, en 2003. / UEFA

Así empezaba la crónica de la llegada a China del Madrid de los galácticos de Carlos Queiroz, la concentración de estrellas más impactante del siglo XXI, que empezó y terminó a semejanza del más fastuoso crucero del siglo anterior, el Titanic. Así empezaba, claro, si en lugar de los Beckham, Ronaldo, Figo y Raúl fuese el Madrid del año 1976, cuando echó a andar EL PAÍS. Para entonces el Madrid llevaba diez años sin ganar una Copa de Europa, el torneo de más lustre a nivel de clubes. Pasarían dieciséis años más hasta que otro club español conquistase el continente; fue el Barcelona en la final de Wembley, que inauguró un ciclo triunfal al que contribuyeron el propio Barça (1992, 2006, 2009, 2011, 2015) y el Real Madrid (1998, 2000, 2002, 2014). Nueve títulos europeos y tres finales españolas (200, 2014, 2016) a falta de saber qué ocurrirá esta temporada, en la que la Liga ha colocado a los mismos protagonistas de 2014 en la final de Milán.

Ni Madrid ni Barcelona
saben cuánto tiempo
les queda como clubes
propiedad de sus socios

La sequía de cuarenta años atrás terminó con dos noticias extraordinarias: la Quinta del Buitre, el fútbol de toque que se quedó sin premio europeo, y la reaparición de Johan Cruyff en Barcelona. En 1976 el holandés era la estrella del Camp Nou; quince años después, en el banquillo de los culés, refundó la Naranja Mecánica, construyó un modelo nuevo de juego e influyó decisivamente en el fútbol moderno tras ganar una Copa de Europa y sentar las bases del Barça de Rijkaard y Guardiola; este último, autor de un sextete histórico. Sobre esos cimientos se entiende la hegemonía española en el fútbol mundial que llevó a la selección a ganar por primera vez en su historia la Copa del Mundo.


FOTOGALERÍA: 25º ANIVERSARIO DE LA QUINTA DEL BUITRE


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Johan Cruyff, junto a Neeskens, en un partido del Barcelona en el Campo Nou. / RAÚL CANCIO

Hoy el Real Madrid-Barcelona es el partido de clubes más importante del planeta, el que acumula en el césped mayor cantidad de dinero, de estrellas y de prestigio en una Liga a la baja por la pujanza de la Premier, que ha sabido explotar mejor el mercado asiático y que cuenta con una distribución distinta, más equitativa, de los derechos televisivos. Algo que sigue despertando las sospechas de los trasatlánticos europeos, con la mirada puesta en una superliga que los una: una Champions de jornada de domingo. Se entiende entre sus dirigentes que los clubes menores de la Premier aprovechen el tirón de los Manchester, Liverpool o Chelsea para rearmarse con eficacia gracias al dinero que cosechan otros. Lo cierto es que es en Inglaterra, y ya no en España, donde el Leicester ha reproducido el milagro del Súper Depor.

En los dos grandes clubes
españoles ya todo se calibra
en función del impacto
planetario de sus acciones

Ni en 1976, ni en 1986, hubieran soñado las plantillas de Madrid y Barcelona tener recibimientos multitudinarios en los aeropuertos chinos. Hoy los dos son marcas globales, vehículos comerciales que llegan a extender una cosmovisión propia. Modelos de negocio sensibles a la publicidad, la venta de camisetas, partidos amistosos con relevancia estratégica y embajadores absolutos de la marca España. En África, en América y en Asia son Leo Messi y Cristiano Ronaldo los que colocan España en el mapa con solo pronunciar sus nombres. Son sus camisetas en niños de medio planeta las que dan cuenta de la importancia estratosférica que ha tenido una rivalidad pegajosa e intensa entre dos jugadores que han batido todos los récords goleadores de la Liga en los equipos más antagónicos posibles, Madrid y Barcelona, con dos caracteres opuestos.

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El Barcelona se enseñorea en los campos con su demoledor tridente: Luis Suárez, Neymar y Messi. / VICENS GIMÉNEZ

En los dos grandes clubes españoles ya todo se calibra en función del impacto planetario de sus acciones. El rendimiento económico de un gol, una carrera o un regate; los visionados de YouTube, los millones de fans en cuentas sociales, los pinchazos en la web. Los títulos asientan el prestigio, aroman la leyenda, pero es ahora más que nunca cuando se escucha, detrás de cada jugada irreal de Messi o de un remate acrobático de Ronaldo, el ruido de la caja registradora con el que se trata de mantener a los dos gigantes fuera de las manos de inversores rusos, chinos o árabes.

Desde 1992, Barça y Madrid
han ganado nueve Copas
de Europa, entre ellas la última

Ni Madrid ni Barcelona saben cuánto tiempo les queda como clubes propiedad de sus socios. Son en cierta manera unos supervivientes privilegiados que van cediendo terreno; el último, la marca comercial en el estadio para mantenerse con equilibrio en la cumbre del siglo XXI. Cuando EL PAÍS nació no había publicidad en las camisetas, Bosman tenía 12 años, Cruyff corría en el campo y España veía languidecer su imperio en Europa una década después del Madrid de Di Stéfano. Cruyff ha muerto dejando una herencia descomunal, Bosman abrió la puerta a otra concepción de las plantillas del fútbol europeo, el Bernabéu y el Camp Nou tendrán publicidad en sus nombres y en estos años, entre Barça y Madrid, han ganado nueve Copas de Europa, entre ellas la última. Y quién sabe si, Atlético o Real Madrid la siguiente.

Las 9 Champions y la final que se perdió


Los clubes españoles habrán ganado esta noche diez de las últimas 20 ediciones de la Champions League. En estos dos últimos decenios, la única final con presencia española que no acabó en nuestras vitrinas fue la que los penaltis le arrebataron al Valencia de Cúper ante el Bayern en 2001. Las tres finales españolas son una clara muestra de la superioridad de nuestros clubes en el panorama europeo.