El dilema del envejecimiento

 El español medio vive 10 años más que en 1976, pero la sanidad no se ha adaptado a su nuevo paciente: el anciano con enfermedades crónicas

52139116_thumbnail_fmt3   Diez años nada menos. Eso es lo que ha avanzado la esperanza media de vida en los últimos 40 años en España, dejando atrás ese enorme retraso respecto al resto de Europa al que se refieren las Estadísticas históricas de España de la Fundación BBVA: “La intensa y rápida caída de la mortalidad durante la primera mitad del siglo XX se tradujo en un aumento, de cerca de 30 años, de la esperanza de vida al nacer, refleja el profundo atraso en los niveles y las condiciones de vida de la población española al empezar el siglo respecto a los países de Europa occidental”.52139116_thumbnail_fmt5

Tras la drástica disminución de la mortalidad infantil (a partir de 1975 los partos fueron atendidos por personal sanitario), la prolongación de la vida media ha sido tal que ha colocado a España al frente de la longevidad mundial. En el caso de las mujeres (cuya expectativa de vida superaba los 76 años en 1976 y hoy se acerca a los 86), solo por detrás de Japón y, en el de los hombres (que han pasado de algo más de 70 a 80 años en estas cuatro últimas décadas), tras Islandia, Italia y Japón.

Son múltiples factores los que explican tamaño avance en la longevidad media y no solo tienen que ver con la salud. “La mejora de las condiciones socioeconómicas y de la información y formación de la gente ha propiciado mayor higiene, dietas más saludables y la práctica de ejercicio físico. Las campañas de detección y prevención de enfermedades, las vacunas, los avances en la medicina y la atención sanitaria, del presupuesto de salud…, son multitud de causas las que han intervenido en este proceso que ha cambiado radicalmente el perfil de los pacientes que tenemos en geriatría”, explica Pedro Gil Gregorio, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.

Cuando empezó a trabajar, en 1981, los enfermos que atendían en el hospital tenían unos 70 años y enfermedades como una neumonía resultaban fatales. Hoy lo normal es que estos pacientes tengan más de 80 años y su cuadro clínico describa varias enfermedades crónicas, tratadas con diversos medicamentos, analiza.

Ha habido un cambio drástico en el perfil del paciente, muy envejecido y con enfermedades degenerativas, que cuando se diseñó el sistema no eran habituales (por ejemplo, el alzhéimer o el párkinson). Hoy el 39% de la población padece patologías crónicas y el 64% de los mayores de 65 años.

52139116_thumbnail_fmt6La sociedad española ha envejecido conforme al avance de la esperanza de vida y la decadencia de la natalidad, aunque el sistema sanitario parece no haberse dado cuenta de que, actualmente, la mitad de sus pacientes hospitalarios son mayores de 65 años (el 43% de las altas y casi el 55% de las estancias). Y eso que el gasto sanitario en que incurren supera casi tres veces la media.

Desajustes. “Tenemos una atención sanitaria extraordinariamente buena. Pero el usuario ha cambiado. Es un viejo. Un viejo crónico y pluripatológico. Y la atención médica no se ha adaptado todo lo que debería”, afirma José Antonio Serra, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

52139116_thumbnail_fmt4Madrid es un claro ejemplo de este desajuste. “Esperanza Aguirre construyó 10 hospitales para enfermos agudos, cuando en realidad hacían falta plazas para convalecencia y rehabilitación. Ahora la Comunidad de Madrid dice que sobran 4.000 de esas plazas y continúan necesitándose las asistenciales”, critica.
“Hay que hacer un mayor esfuerzo en dependencia, pluripatología y plurimedicación. Se deben aumentar notablemente los recursos en prevenir, tratar y minimizar la dependencia”, sostiene Serra con la siguiente convicción: “El sistema sanitario genera dependencia en los ancianos. Les curamos aquello por lo que acuden al hospital, pero les generamos dependencia al salir de la operación”.

Por eso Manuel Bermúdez, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias, afirma que el sistema sanitario debe adaptarse a la sociedad y no la sociedad al sistema, como ocurre ahora.

Dependencia. “Debemos tener asistencia especializada para que al paciente anciano que está en equilibrio inestable, un estado de fragilidad que puede ser revertido con los cuidados adecuados, cualquier estrés no le provoque incapacidad. Porque a esa persona una caída o una neumonía le puede llevar a la dependencia”, advierte. Como geriatra del hospital Monte Naranco de Oviedo, está acostumbrado a ver que las urgencias se llenan de mayores con insuficiencia respiratoria (EPOC), cardiaca, infecciones urinarias, ictus, cardiopatía isquémica y fracturas de cadera. Lo peor, se queja, es que existen comunidades autónomas, como Andalucía o el País Vasco, en las que no existe la figura del geriatra.
La cuestión se ha agravado más aún si cabe con la reciente crisis económica y los recortes en sanidad que ha llevado aparejados. Los expertos consultados coinciden en que esta situación acabará por dejarse notar en las estadísticas de esperanza de vida de los españoles. “La crisis afecta a todos los estamentos de la sociedad, pero se ceba con los más vulnerables, que son nuestros mayores. Por eso la Administración debería poner el foco en ellos, para que tengan la mayor calidad de vida posible hasta la edad a la que lleguen”, indica Bermúdez.

52139116_thumbnail_fmt152139116_thumbnail_fmt2Si hace 25 años la estancia media en un hospital era de 19 días, ahora es de solo una semana y el 30% de los pacientes tienen una edad media de 89 años. “Antes no llegaban a la UVI y hoy está llena de viejos”, analiza Serra. “Asistimos a un momento en el que la red de hospitales está dando altas muy rápidas cuando se necesita una estancia más larga para que se produzcan mejorías en los ancianos”, apoya Gil, al tiempo que advierte que, con la merma del poder adquisitivo de los mayores, se han convertido en sustentadores de muchas familias por la crisis y, en multitud de ocasiones, han dejado de medicarse por falta de recursos, “ahora ponemos la pobreza como uno de los indicadores cuando evaluamos la salud de los mayores”.


Genética.
Esta realidad convive con la revolución que se ha producido en la ingeniería genética, la regeneración de tejidos y las células madre en los últimos años, unos descubrimientos científicos que atacan de frente al envejecimiento y nos acerca al deseado elixir de la longevidad. No en vano, los avances genéticos han llevado a pronosticar a distintos expertos y organizaciones que la expectativa media de vida se prolongará hasta los 120 años dentro de algo más de 30 años, allá por el año 2050.

52139116_thumbnail_fmtAlgo que parece ciencia-ficción a los especialistas consultados. Sea de película o no, de lo que sí están seguros los expertos en gerontología es de que “la geriatría de prevención es uno de los grandes avances conseguidos en los últimos 40 años y de los que todavía nos quedan por hacer en el futuro. Este va a ser el siglo de la prevención, de dar más vida a los años. Es el gran reto que tenemos por delante”, sostiene Gil. Para ello, hace falta reasignar los recursos sanitarios, zanja Serra.

Por Carmen Sánchez-Silva

La edad es un concepto inútil

“La edad es un concepto inútil; lo importante es conservar la autonomía suficiente para llevar a cabo las cosas que realmente nos importan. Hay que aceptar en cada momento la edad que tenemos”. Es una afirmación de Ramón Bayés, profesor emérito de la Universidad de Barcelona y autor de Olvida tu edad (Plataforma, 2016). A sus 86 años, este psicólogo especialista en cuidados paliativos asegura que, como lo que sufre no son los cuerpos sino las personas, ante la prolongación de la esperanza de vida media, lo que debemos hacer es buscar la felicidad.

Estos son sus consejos para ayudar a que los ancianos alcancen una vida más satisfactoria, aun con sus enfermedades crónicas: simplifica tu entorno, descubre y practica actividades en las que tu percepción de paso del tiempo desaparezca, enriquece tu vida con actividades y amigos nuevos, vive el aquí y el ahora plenamente, sé generoso y creativo y aprende del buen cine, música y literatura.