El desafío de un país

PANORAMA

Gracias a la tecnología, el mundo empresarial ha vivido una revolución. En los últimos cuarenta años hemos pasado de tener tres teléfonos fijos por cada mil habitantes a casi una línea por cada dos. Los expertos coinciden en que España debe dar un giro a su modelo económico y que la tecnología debe ser protagonista en este cambio.

Cuando en 1976 España empezaba a abrir sus puertas al mundo, nuestro grado de desarrollo económico y tecnológico distaba mucho de la media europea y, en particular, de Alemania. Hoy seguimos lejos del país germano, sobre todo en inversión en I+D

España es hoy un estado integrado en Europa, forma parte de las grandes instituciones y el euro ha eliminado las barreras económicas y de movilidad. En estas cuatro últimas décadas hemos pasado de tener tres teléfonos fijos por cada mil habitantes a 430 líneas (casi una por cada dos ciudadanos) y de desconocer el teléfono móvil a sumar más de 50 millones de líneas en funcionamiento para una población de 47 millones, según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (OTSI).

Gracias a la tecnología, el mundo empresarial ha vivido una verdadera revolución: todos los días surgen compañías y servicios innovadores, la información fluye por la red a velocidad de vértigo, se comparte, se analiza hasta el último detalle y se obtienen nuevos datos para mejorar los procesos. Pero los expertos coinciden en que España necesita dar un giro a su modelo económico y la tecnología debe ser protagonista de ese cambio. Sin duda será uno de los grandes retos del futuro Gobierno.
Para la gran mayoría de las empresas, innovar es la clave en el afán de tener mejores productos, desmarcarse de los competidores y entrar en nuevos mercados. Y no se puede innovar sin ayuda de la tecnología. Es más, el director general de la consultora IDC, José Antonio Lorenzo, asegura que tecnología y negocio tienden a identificarse “por la necesidad que tienen las líneas de negocio de proveer servicios en tiempo real y con absoluta flexibilidad para poder adaptarse rápidamente a las cambiantes necesidades del mercado”.

El sector TIC español
necesita capitalizar las ventajas
que traerá el Mercado Único Digital

Los grandes pilares de la tecnología actual son, según el consenso de los expertos, la movilidad, el cloud (servicios en la nube), las redes sociales y la analítica de datos.

La visión institucional del Gobierno saliente es optimista. España avanza por encima de la media europea en la adaptación a un futuro dominado por las nuevas tecnologías, gracias a los despliegues realizados en banda ancha fija ultrarrápida (fibra) y banda ancha móvil (4G), comenta Víctor Calvo-Sotelo, Secretario de Estado de Telecomunicaciones. “El sector TIC español necesita capitalizar las ventajas que traerá el Mercado Único Digital, cuyos objetivos son mejorar el acceso de consumidores y empresas a los bienes y servicios digitales en toda Europa, garantizar la igualdad de condiciones para que las redes digitales y los servicios innovadores puedan prosperar y maximizar el potencial de crecimiento de la economía digital”.

Los expertos de Accenture consideran que la clave del futuro digital está en las personas. Adán Plaza, managing director de Accenture Technology, identifica cinco tendencias tecnológicas fundamentales para el éxito digital: la inteligencia artificial, el desarrollo de entornos variables capaces de responder a las demandas digitales, los modelos de negocio basados en plataformas digitales, la capacidad para predecir cambios y la ética digital para ganarse la confianza de los individuos, ecosistemas y reguladores de este nuevo panorama.

Para Francisco Ruiz Antón, director de Políticas y Asuntos públicos de Google, estamos siendo protagonistas de una nueva revolución que ha democratizado el derecho a innovar. Ahora el reto es impulsar la digitalización de la economía, la alfabetización tecnológica y favorecer la creación de empresas con hábitos digitales.

En esta misma línea, Guillermo Ramos, responsable de startup tecnológicas de la consultora KPMG, comenta que “debemos tomar conciencia de que hemos pasado de un mundo basado fundamentalmente en activos físicos a un nuevo paradigma en el que los activos digitales y la innovación tienen cada vez más relevancia”. De ahí que apunte la necesidad de que cada uno de los agentes obre en consecuencia, “articulando los mecanismos necesarios, entre los que quizá el más urgente sea poner un mayor esfuerzo en la educación y formación”.

Por su parte, José Antonio Lorenzo, insiste en la necesidad de poner en marcha programas de formación estables y planificados para periodos de tiempo amplios. “El 65% de nuestros jóvenes trabajará en los próximos años en profesiones que aún no existen. Este dato obliga a nuestros gobernantes a tomarse muy en serio el construir un programa educativo sólido y estable en el tiempo que permita formar a nuestros jóvenes en las nuevas profesiones del futuro”.

“Somos protagonistas de una nueva
revolución que ha democratizado
el derecho a innovar”

El gasto interno en actividades de I+D de las empresas ha pasado de 86,7 millones de euros en 1976 a 6.784,3 millones en 2014, según los últimos datos del INE. El incremento de esta partida, que comprende los gastos corrientes y de capital en actividades de I+D dentro de la empresa y viene a suponer la mitad de la inversión total en innovación, ha sido espectacular, con el sector automovilístico en cabeza (13,4% de la inversión en innovación), seguido por las empresas de servicios de I+D (12,1%) y farmacia (7,9%).

Pérdida de Competitividad

Pero no todo es un camino de rosas. Hay que resolver problemas como la integración definitiva de la tecnología con la industria, la pérdida de competitividad de Europa en beneficio de determinadas regiones como el eje Asia-Pacífico o el problema del empleo. Juan López-Belmonte, presidente de la Comisión de I+D+i de CEOE, apunta que es imprescindible que las empresas españolas puedan acceder en condiciones favorables a las fuentes de financiación y a los programas de desarrollo tecnológico industrial.

La presidenta de IBM España, Portugal, Grecia e Israel, Marta Martínez, insiste en que “es fundamental que se invierta más y de forma sostenible en I+D+i y apoyar a los emprendedores y creadores de startup, que son punta de lanza para la gran empresa”. Para ello pide eliminar trabas administrativas, apoyar el emprendimiento desde la educación primaria y dejar de penalizar el fracaso empresarial.  Situar la I+D+i como prioridad absoluta de la agenda, tanto a nivel privado (ciudadanos y empresas) como público es lo que plantea Guillermo Ramos, de KPMG. Y de cara a futuro, tomar conciencia de que hemos pasado de un mundo de activos físicos a un nuevo paradigma basado en lo digital y la innovación.

“Las tecnologías de la información del siglo XX permitieron optimizar procesos”, comenta Marta Martínez. “Hoy abordamos el espacio de la computación cognitiva: tecnologías que aprenden de la experiencia, entienden el lenguaje natural de las personas y que servirán para apoyar al ser humano en la toma de mejores decisiones, ampliando enormemente nuestra capacidad intelectual. Esta tecnología tendrá un impacto comparable al que produjo la Revolución Industrial”. Numerosos gobiernos e instituciones están integrando el uso de las nuevas tecnologías como pilar del crecimiento económico, social y cultural y para su interrelación con los ciudadanos, comenta Ruiz Antón, de Google. En España, los planes implementados para potenciar la e-Administración y la penetración de las TIC, junto con un mayor interés de participación de ciudadanos y empresas, ayudarán a que progresemos en ese sentido.

El reto de la administración digital: El Plan de Transformación digital de la Administración General del Estado y sus Organismos Públicos (la Estrategia TIC) establece los hitos y acciones para el desarrollo gradual de la Administración Digital con un horizonte temporal hasta 2020. El esfuerzo ha sido grande, pero en CEOE consideran que queda camino para que la Administración sea absolutamente digital. Esta transformación se está viendo acelerada por la irrupción de ‘Internet de las Cosas’, la inteligencia artificial, la impresión 3D o la ciberseguridad, que están generando una segunda oleada de transformaciones.

El negocio de la ciberseguridad

Otro de los retos es la ciberseguridad. La delincuencia en la red se ha convertido en la tercera actividad delictiva con mayores beneficios del mundo. Según datos de Europool, estas actividades han llegado a alcanzar los 500.000 millones de euros al año de la mano de bandas con especialización en crímenes cibernéticos.

El aumento exponencial del uso de dispositivos móviles ha elevado también los riesgos en materia de seguridad. Por eso en los últimos años la ciberseguridad, ligada a proteger la información digital en los sistemas intercontectados, ha cobrado especial protagonismo.

El mercado de la ciberseguridad
movió en España 553 millones de euros en 2015

Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), este mercado movió en España 553,77 millones de euros el año pasado y se estima que crecerá a un ritmo anual del 12%. Desde el Incibe apuntan que en 2015 los incidentes de ciberseguridad gestionados crecieron en todos los ámbitos (público en general y empresas), llegando a los 45.689, una cifra que supone un incremento del 180% con respecto a los 14.715 incidentes registrados el año anterior.

Por M. Rodrigo

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LOS HITOS QUE HAN MARCADO UNA ÉPOCA

  • Aunque Internet nació a nivel global en 1969, hubo que esperar a 1990 para realizar la primera conexión en España utilizando IXI, la red paneuropea de alta velocidad que transmitía a 64 Kbps. En 1993 aparece el primer servidor web español en la Universidad Jaime I y un año más tarde se liberaliza la telefonía móvil con el nacimiento de Airtel (hoy Vodafone).
  • En 2000 se implanta el ADSL. En esta década llega el boom de la fotografía digital,  la TDT (2005), el DNI electrónico y la generalización de las compras por Internet. En 2009 aparece la telefonía móvil 4G capaz de transmitir a velocidades de 1Gbps.
  • La empresa tecnológica Cisco vaticina que el tráfico de datos móviles en España se multiplicará por siete en cinco años, hasta los 2,9 exabytes anuales en 2020, a una tasa de crecimiento interanual del 47%.

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Hardware y diseño, asignaturas pendientes

Por Rodrigo del Prado, Cofundador y director general de BQ
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Cuando se fundó EL PAÍS en 1976, hubiera sido imposible imaginar a una empresa española compitiendo en el sector tecnológico, dominado tradicionalmente por grandes marcas internacionales.
En 2016, a los españoles aún nos sigue sorprendiendo que una compañía tecnológica española como BQ sea capaz de diseñar y de desarrollar sus propios productos partiendo casi desde cero y de competir con grandes empresas extranjeras que llevan muchos años
en el sector. Sin embargo, esto ya no tendría que ser noticia.

Desde 1976 el sector tecnológico español ha llevado a cabo una transformación radical. Contamos con compañías multinacionales que son referentes y contamos también con prestigio en sectores tan competitivos y altamente cualificados como el aeroespacial o las telecomunicaciones. Y, cada vez más, en el de la tecnología de consumo.

Nuestros ingenieros, formados mayoritariamente en España, diseñan productos que dan a los usuarios experiencias comparables a las que proporcionan dispositivos desarrollados en países como Estados Unidos, Japón o Corea del Sur. Algo inimaginable hace 40 años.

“El panorama es optimista,
pero aún queda mucho por hacer”

El panorama se nos presenta bastante optimista, pero lo cierto es que todavía queda mucho por hacer. La mayor parte de las empresas tecnológicas, tanto españolas como europeas, se dedican única y exclusivamente al desarrollo de software. Apenas existe tejido empresarial en áreas tales como el diseño industrial o el hardware. El motivo es sencillo: las últimas generaciones de profesionales han crecido dominando la herramienta que permite hacer software, el ordenador, pero no están familiarizados con las que les permiten diseñar y construir productos tangibles.

Nosotros queremos contribuir a ese cambio ayudando a que los niños se familiaricen desde sus primeros años de formación con los tres pilares de todo producto tecnológico: diseño, hardware y software. De ese modo, facilitaremos que cuando lleguen a la edad adulta, incluso si no optan por formarse en estudios vinculados a la tecnología, cuenten con un conocimiento que les permita ser más creativos, ser tecno-optimistas sin perder la perspectiva crítica y manejarse cómodamente en un mundo que es cada vez más tecnológico. Por eso, como españoles, sabemos que la inversión en i+D+i es imprescindible, pero sólo será realmente efectiva si se acompaña de una completa educación en tecnología de la sociedad.