Daniel Muela

Periodista

Dopaje: Una lucha que no cesa

El 5 de marzo de 2003 fue una fecha clave para la lucha contra el dopaje mundial. 70 gobiernos —entre ellos el español— firmaron la Declaración de Copenhague (las bases del Código Mundial Antidopaje), aprobado por el comité fundador de la Agencia Mundial Antidopaje. Ese día, los casi mil delegados que se reunieron asumieron la puesta en práctica de dicho código antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas, que comenzaban en agosto del año siguiente.

En los últimos 13 años, han sido muchos los deportistas de élite que han padecido la reglamentación de un organismo que no ceja, desde el año 1999, de combatir una de las lacras —si no la que más— del deporte a todos los niveles. Como muestra, se han seleccionado algunos casos de dopaje que por su transcendencia deportiva tuvieron una gran repercusión social.

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La exatleta Marion Jones.

Marion Jones: La exatleta estadounidense, especialista en pruebas de velocidad y salto de longitud, ganó tres medallas de oro y dos de bronce en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Su meteórica carrera en la élite del deporte podía adivinarse ya cuando era más joven. Con tan solo 14 años Jones figuraba entre las 20 mejores del ránking mundial. Sin embargo, esta ascensión que parecía no tener techo se truncó en 2007, cuando confesó ante un Tribunal Federal de Estados Unidos haber consumido sustancias no autorizadas en los Juegos de Sidney. Tras ser declarada culpable por haber tomado tetrahidrogestrinona —un esteroide de última generación—, y devolver las cinco medallas obtenidas en dicha competición, fue suspendida por dos años.

Además, se le anularon todos los resultados conseguidos desde el 1 de septiembre de 2000. Con 32 años, Jones decidió retirarse de forma definitiva del atletismo.

Johan Mühlegg: Conocido con el apodo de Juanito Mühlegg, es uno de los casos más famosos de dopaje en el deporte de élite español. Este esquiador español de origen alemán logró tres medallas de oro en los Juegos de Invierno de Salt Lake City en 2002. Las dos primeras preseas las consiguió en la categoría de 30 kilómetros libre y en 20 kilómetros persecución. La última de ellas, en la prueba de 50 kilómetros. En menos de 24 horas, Mühlegg vio como sus premios se esfumaron tras dar positivo en un test antidroga por darbepoetina alfa, una sustancia encargada de la producción de los glóbulos rojos o eritrocitos.

“El dopaje es parte de la cultura
del ciclismo de la época
y no me arrepiento de nada”

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El exciclista Bjarne Riis.

Bjarne Riis: Este ciclista danés, que acabó con el reinado de Miguel Induráin al vencer en el Tour de Francia de 1996, admitió en una rueda de prensa en Copenhague que se había dopado con EPO durante cinco años, desde 1993 hasta 1998. En una entrevista publicada en el diario Politiken y recogida en la Cadena Ser, Riis se justificó al sostener “que el dopaje era parte de la cultura del ciclismo de la época” y aseguró que no se arrepentía de nada. La organización del Tour ya no considera vencedor de la edición de 1996 al que fuera posteriormente director deportivo del equipo Saxo Bank (el antiguo CSC), aunque la decisión no haya sido ratificada oficialmente por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

A día de hoy, países como Etiopía están en el punto de mira de la Agencia Mundial Antidopaje. La AMA le ha dado un ultimátum: el 5 de abril de 2016 deberá adaptar sus normas al Código Mundial. El problema radica en que cada país tiene autonomía plena para implementarlo, ya que sólo existe un “compromiso moral”, pero no jurídico.

Justin Gatlin: Uno de los casos más sonados sobre dopaje lo protagonizó el atleta estadounidense de Brooklyn. Campeón olímpico de los 100 metros en 2004 y 2005, fue suspendido hasta en dos ocasiones por dar positivo en las pruebas antidopaje. La última de ellas le llevó a la inhabilitación tras haber consumido testosterona. Al reincidir, se le aplicó la mayor sanción dentro del estamento deportivo, pero se comprometió a colaborar con la justicia y el Tribunal de Arbitraje de Estados Unidos le redujo la condena a cuatro años.

Gatlin volvió a las pistas hace seis años, pero sería en los Juegos Olímpicos de Londres donde se resarciría al lograr la medalla de bronce con una nueva marca personal de 9,79. Casi un año más tarde, en Roma, el estadounidense se convirtió en el primer hombre en derrotar al jamaicano Usain Bolt en la prueba reina del atletismo desde agosto de 2010. En mayo de 2015 batió su mejor marca en Doha con 9,74 segundos.

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La atleta Marta Domínguez.

Marta Domínguez: La atleta palentina, de 40 años, es la última figura del deporte de élite en España manchada por la sombra del dopaje. Campeona del Campeonato de Europa de Atletismo en pista cubierta en Viena 2002 y de campo a través en 2007, entre otros, fue desposeída de todos los títulos conseguidos entre el 5 de agosto de 2009 y el 8 de julio de 2013, a raíz de una serie de irregularidades en su pasaporte biológico destapadas en la investigación Operación Galgo, en la que también se vieron implicados su entrenador y el médico Eufemiano Fuentes.

Tygart: La decisión de Armstrong
fue la correcta, ya que las evidencias
son muy claras

El Tribunal de Arbitraje Deportivo le quitó el oro ganado en el Mundial de Berlín y la medalla de plata del europeo de Barcelona. Hace menos de un mes, el Consejo Superior de Deportes le retiró la condición de deportista de alto nivel.

Lance Armstrong: Considerado uno de los mejores ciclistas profesionales de la historia por el palmarés obtenido arruinó su carrera deportiva el 23 de agosto de 2012, cuando la Agencia Antidopaje de Estados Unidos decidió suspenderle de por vida y retirarle las siete victorias en el Tour de Francia. El  Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el año 2000 no recurrió la ratificación de la sanción impuesta por la UCI meses más tarde y que le desposeía de todos sus títulos a partir de 1998 en adelante.

Su presidente, Travis Tygart, lamentó este hecho y declaró que la “decisión de Armstrong fue la correcta, ya que las evidencias son muy claras”. Y añadió: “Esto no es lo que la inmensa mayoría de los deportistas limpios quieren: tener un deporte infestado de drogas que es ganado por aquellos que tienen los programas de dopaje más profesionalizados”.