Daniel Verdú

Periodista de EL PAÍS

La era del periodismo en realidad virtual


‘Fukushima, vidas contaminadas’, inaugura el nuevo formato narrativo con el que EL PAÍS le contará algunas historias que suceden en el mundo


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Imagen del reportaje ‘Fukushima, vidas robadas’, realizado por EL PAÍS con técnicas de realidad virtual. / EL PAÍS

Uno de las grandes propósitos del periodismo, puede que un tanto metafórico, ha sido siempre llevar al lector allá donde suceden las cosas que importan. Guerras, revoluciones políticas, manifestaciones o celebraciones contadas desde lejos podían leerse desde el salón de casa. Con la irrupción de la realidad virtual, hasta ahora utilizada para videojuegos o algunos anuncios, damos un paso más allá en ese propósito de trasladar a nuestros lectores a los escenarios de la noticia logrando aumentar la sensación de estar viviendo esa historia. Fukushima, vidas contaminadas es el primer reportaje de EL PAÍS que utiliza este nuevo formato narrativo y que permitirá tener una experiencia mucho más inmersiva y sentir desde dentro las historias que el periódico les acerca.

El pasado mes de febrero, un periodista de EL PAÍS, un fotógrafo y un equipo de grabación se desplazaron a Japón para visitar los escenarios de la catástrofe de Fukushima cinco años después de que el tsunami originado en la costa noreste del país terminase con la vida de 20.000 personas y provocase el peor accidente nuclear de la historia después de Chernóbil. El País Semanal aceptó la invitación de Greenpeace para comprobar sobre el terreno cómo los niveles de radiación son todavía demasiado altos para que los más de 70.000 desplazados por este problema puedan volver a sus casas. La redacción consideró que era el momento idóneo para aplicar la tecnología de realidad virtual a la historia que queríamos contar y poder trasladar al lector a un lugar donde, prácticamente seguro, no se plantearía jamás viajar.

Grabado en 360 grados, con sonido inmersivo y ofreciendo la posibilidad de detenerse en algunos puntos del recorrido, Fukushima, vidas contaminadas es un viaje de unos 10 minutos a lo largo de distintos pueblos abandonados de la zona de exclusión de la que sus habitantes tuvieron que huir con lo puesto el 11 de marzo de 2011. La mayoría todavía no ha podido regresar y vive en barracones prefabricados o en casa de familiares. A lo largo del trayecto, el usuario conocerá a víctimas de aquella tragedia, entrará en las casas destruidas por el terremoto, visitará las viviendas provisionales donde conviven los evacuados, asistirá a una recreación del accidente con infografías tridimensionales y navegará a bordo del Rainbow Warrior a un kilómetro y medio de la central accidentada de Daiichi Fukushima, con el exprimer ministro japonés Naoto Kan.

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Colonia de barracones en la ciudad de Koriyama. Aquí viven japoneses que antes del tsunami residían en el distrito de Futaba. Perdieron su casa o fueron evacuados por la radiactividad. / JAVIER TLES

Este es el primer reportaje en realidad virtual que graba EL PAÍS. Se escogió este reportaje para acercar al lector a un lugar donde difícilmente podría acceder (los niveles de radiación son todavía demasiado elevados) y aprovechar la capacidad de generar empatía que posee esta tecnología. La sensación de estar dentro de los escenarios y delante de los protagonistas -en este caso las víctimas de una catástrofe- multiplica el poder que siempre ha tenido el periodismo de transformar el mundo. Por eso EL PAÍS apuesta por la aplicación de la realidad virtual a las noticias y al relato periodístico.

El rodaje del reportaje duró una semana, pero el proceso de posproducción y a la creación de una nueva aplicación ha durado más de dos meses. De este modo, Con Fukushima, vidas contaminadas, nace también EL PAÍS VR, un nuevo canal desde el que el periódico lanzará contenidos periodísticos narrados en realidad virtual. La aplicación podrá descargarse en los sistemas de iOS y Android y almacenará todas las nuevas piezas que se vayan estrenando.

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Tras la explosión del reactor, los 19.000 habitantes de Namie abandonaron la ciudad dejando atrás negocios y casas. Toyotaka Kanakura, de 65 años, observa su vieja floristería. / ALFREDO CÁLIZ

CÓMO VER EL REPORTAJE EN VR

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Empleados del Ayuntamiento de Fukushima toman mediciones para controlar el índice radiactivo de la ciudad. / JAVIER TLES

Hay tres vías principales para ver Fukushima, vidas contaminadas en realidad virtual. La más sencilla, pero menos inmersiva, es el canal de Youtube de El País. Lo mejor, en este caso, sería abrirlo desde la aplicación de Youtube en el móvil o la tablet y disfrutar de la experiencia moviendo el dispositivo en 360 grados en función de la  zona que quiera observarse. Se recomienda hacerlo de pie y con auriculares. En caso de tener un teléfono Android y una gafas Cardboard (pueden comprarse en Internet), Youtube también permite utilizar la opción de realidad virtual y colocar el teléfono dentro de dichas gafas. Si, en cambio, se hace desde un ordenador, debe usarse el ratón y el cursor para arrastrar la pantalla esos 360 grados este tipo de grabación permite.  En todos los casos, asegúrese de tener una buena conexión wifi para alanzar la mejor calidad de imagen.

La segunda opción consiste en descargar la aplicación de El PAÍS VR, que está disponible en Android e iOS y permitirá dos vías de visionado: de nuevo moviendo el dispositivo móvil o acoplándolo a unas gafas cardboard. Esa aplicación servirá también de contenedor para futuros contenidos en VR.

La última manera consistiría en utilizar unas gafas de gama alta como las Samsung Gear (para teléfonos de esa marca) u Oculus Rift (que se conectan al ordenador). Esa es la mejor y más inmersiva de todas las experiencias y es la que podrá disfrutar asistiendo a la exposición de EL PAÍS, que se celebra la primera semana de mayo en el Palacio de Cibeles de Madrid. Para todas ellas se aconseja utilizar auriculares para disfrutar de una mayor inmersión en la historia.