María Montaner Gil

Asistí a la beatificación de Sor Ángela de la Cruz en Sevilla en 1982. Pasamos allí toda la noche y mereció la pena la espera. Fue impresionante ver llegar a tanta gente a la ceremonia, creo que llegó al millón de personas. Me quedo con el poder de convocatoria de este Papa y de sus sucesores. Y finalizada la ceremonia como esta masa humana se disolvió de manera tranquila y pacífica. Son momentos inolvidables.