Antonio

Normalmente lo celebro en el lugar donde resido, Colonia (Alemania). Aquí es otro rollo y ya desde los 90 del pasado siglo ya hay en la universidad carteles para los “Schwule” (gays). Aquí es festivo, vino Conchita el año pasado y en Heumarkt hay un ambiente festivo. Muchas familias de “heteros” van con sus hijos pequeños (¡qué escándalo! ¿verdad?). Las calles se llenan de banderas del arco iris…que ya ondean desde que empezó la Eurocopa, porque aquí conviven cientos de nacionalidades y, si el país del que vienen tuvo la suerte de clasificarse en Euro y Mundial, cuelgan su bandera en los balcones o ventanas. Los gays y lesbianas cuelgan entonces la suya.
Pero en Málaga fue algo distinto. Demasiado si fuimos cincuenta personas en la plaza de la Merced, en una concentración de viejos conocidos, los que llevo viendo años. Ni familias, ni siquiera otros gays. En la aledaña calle Larios, la gente hacía sus compras como siempre y los concentrados eran cuatro gatos en el centro de la plaza. “Mi vida, mi cuerpo, mi forma de follar, no se arrodilla ante el sistema patriarcal” fueron algunas de las consignas que se lanzaron. Aunque estas cosas está bien hacerlas, me sentí un poco triste, porque éramos tan pocos, que uno se pregunta cuándo…cuando se llegará a algo…